miércoles, 29 de mayo de 2013

Reflexión

Puedo resumir mi proceso en este trabajo practico como eso: un proceso constante. En principio surgió la idea de contar a Magy de la forma mas opuesta posible, inventando un personaje alejado de como es ella. Surgió entonces la idea de la asesina, que decidí descartar a las pocas clases, ya que todo me parecía tan literal que no podía moverme en ese proceso.
Después se tornó algo no tan literal, como una enferma psiquiátrica. Pero tampoco tenía en claro que clase de enfermedad podía implantarle a mi retratada.
De ahí surgió el problema que significó uno de los mayores: no jugaba con el espacio en interacción con el retrato, es decir, me encasillé en mostrar a Magy de una forma literal y poco creativa.
Después vino la etapa de los referentes, en la que descubrí que algunos detalles hacían a las fotos de Cindy Sherman, grandes retratos, cargados de significado sin demasiados recursos.
Con el sonido experimente bastante y el primer audio era puramente electrónico, al igual que el segundo. Pero tenia las ideas claras, así que me lancé a grabar sonidos y mezclarlos con algunos electrónicos generados por mi. Esa fue la recta final.
Después edite los audiovisuales siguiendo el ritmo del audio, cosa que le dio clima. Luego incluí mas espacialidad en las fotos.
En conclusión, siempre me mantuve activo con respecto al trabajo y a la presentación de nuevo material, cosa que rescato. También estoy satisfecho con mi producción final y con todo lo que hice para llegar a ella.

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